Mar del Plata 2022 – A Woman Escapes

A Woman Escapes (Canadá – 2022)
Competencia Estados Alterados

Dirección: Sofia Bohdanowicz, Burak Çevik, Blake Williams
Guion: Blake Williams, Sofia Bohdanowicz, Burak Çevik
Intérpretes: Deragh Campbell, Mustafa Akkaya, Mehmet Ayisiqi, Burak Çevik

por David Obarrio

Milagro a la hora del crepúsculo. Una de las películas más elusivas de Sofia Bohdanowicz, A Woman Escapes es también la más experimental y, probablemente, una de las más hermosas de las que integran la filmografía de esta directora tan poco amiga de los golpes de efecto, de la explicitud de los temas o de la sobrecarga de signos para mayor comodidad del espectador. Especialista en lo que se podría llamar piezas de un aliento casi sinfónico, pequeños relatos con una ambición arbórea, que parecen expandirse a partir de detalles mínimos, de capas y contrapuntos milimetrados, su cine parece atravesado por una sensación de pérdida y ensimismamiento, de observación y reflexión acerca de la naturaleza verdadera de lo que nos rodea; del pasado como tesoro y del combate cuerpo a cuerpo contra una realidad amnésica.

La película presenta tres personajes enlazados como en un juego epistolar a través de las pantallas de sus computadoras en el que la Maison du bonheur, la casa parisina del título de aquel film de Bohdanowicz del año 2017, parece recuperar, con discreción, pero sin miramientos, su colección de fantasmas, mientras la protagonista, interpretada por la extraordinaria Deragh Campbell (cuyos personajes nunca fueron precisamente una campanita), luce más bajón y depresiva que nunca. Sin embargo, la engañosa fragilidad de la chica tras la muerte reciente de un amigo, sus minucias cotidianas y su encanto sutil de mujer herida que deambula, misteriosa y errática, alcanzan un carácter diáfano, casi translúcido, como si cada escena respirara serenamente al compás de sus movimientos: se trata de una actriz excepcional, claro; cómplice dilecta del cine de la Bohdanowicz y también codirectora de alguna de sus películas. Los maravillosos planos en 16mm; el tono fantasmal, casi zombie del relato –si es que se le puede llamar relato- y el cuerpo y el rostro de la actriz evocan con una inusual elocuencia un estado de cosas terminal, en el que prácticamente se puede tocar la textura del duelo y de la pérdida, como si toda la película fuera una oda a las horas crepusculares de personas, objetos y deseos. A Woman Escapes podría ser una de las películas definitivas sobre la melancolía como forma retórica: una lectura moral del mundo mediante la que un tipo orgulloso de padecimiento –pasivo, subterráneo, lunar- es el reaseguro contra la oscuridad inadmisible de lo que tiende a desaparecer y perderse, así como un modo de preservación de la memoria, ese dispositivo sublime a través del cual el pasado vive en el presente. En un momento, en un plano único, en la cara de Deragh Campbell, casi aparece una sonrisa. Casi. Eso que ocurre es algo que no habría que desestimar; una especie de milagro alumbra por un segundo la pantalla. A Bohdanowicz nunca se le escapa del todo la belleza del mundo –de hecho, ese es quizá el tema principal de su cine, esa obstinación, la reconversión laboriosa de la tristeza en oro-, esa confianza contra todo obstáculo en los breves destellos de luz capaces de iluminar lo más recóndito. En última instancia, esta película de rituales pudorosos en los que el dolor se acopia y se absorbe como si fuera un alimento, como si fuera pan, pero en la que jamás se pierde de vista la posibilidad de redención a través de una perseverancia en la vida que parece superarlo todo, es también una película milagrosa.

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