Mar del Plata 2022 – Tenéis que venir a verla

Tenéis que venir a verla (España – 2022)
Autoras y Autores

Dirección: Jonás Trueba
Guion: Jonás Trueba
Intérpretes: Itsaso Arana, Vito Sanz, Irene Escolar, Francesco Carril

por Andrés Brandariz

El cine de Jonás Trueba siempre está al borde de resultar demasiado burgués. Las explícitas referencias y citas poéticas y filosóficas, los intereses inequívocamente esnob de sus personajes, el recordatorio frecuente de que estamos viendo, efectivamente, una película, lo colocan al borde de la autoparodia, algo que el realizador abraza con plena autoconciencia, de manera festiva y celebratoria.

Tenéis que venir a verla plantea, desde su título, el juego con el dispositivo cinematográfico. Sin embargo, y a contracorriente del apremio vehemente, la película se dedica a lo que Trueba viene haciendo desde que empezó a filmar: desmigajar una anécdota al punto de dejarnos inmersos en un incierto transcurrir; un paseo que me resulta particularmente subyugante, generoso en imágenes de belleza discreta alrededor de aquellos meandros de tiempo que -cada tanto, por fortuna- se producen en la recta de la vida.

Si el cine de Trueba es un cine de posibilidades, de arbitrariedades significativas que se producen en un tiempo en suspensión, el punto de partida de Tenéis que venir a verla es contemporáneo y concreto: con el aflojamiento de las restricciones alrededor de la pandemia de coronavirus, dos parejas de amigos (Itsaso Arana y Vito Sanz, Irene Escolar y Francesco Carril) se reencuentran en Madrid. La conversación es espaciada, un poco incómoda, y claramente expresa que ambas parejas están viviendo momentos muy diferentes de sus vidas: unos acaban de mudarse a una casa en los suburbios y esperan su primer bebé; los otros proyectan una vida sin hijos, inmersos en el bullicio de la ciudad. Los de la casa en los suburbios incentivan a los de la ciudad a visitar su casa nueva y compartir un poco de su nueva, bucólica existencia: «Tenéis que venir a verla».

Eventualmente, la visita se concreta y la mayor parte de la película se concentra en ese encuentro con recorridos por la casa, conversaciones entre mujeres, un partido de ping pong, citas literarias insufribles tomadas con ironía finísima y cierta sensación de perplejidad ante este mundo nuevo y viejo, que parece haber superado la pandemia con la misma velocidad con la que se paralizó. Si todavía la aparición del barbijo en la pantalla y la alusión directa a los hechos resuenan de manera extraña, Tenéis que venir a verla ofrece un camino posible para pensar en ella: pensar en la lenta reconfiguración de los vínculos como un camino para mirar la vida con suave optimismo, en la conformación de un equipo de rodaje (en ese final tan disruptivo y explícito) como una actividad reafirmatoria de la vida, festiva y llena de posibilidades.

Deja un comentario