Dossier sobre Adam Sandler

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Nuestro primer dossier, y le tocó a Adam Sandler. La idea nació con motivo del estreno de No te metas con Zohan, pero creció y se desarrolló más allá de esa película, que terminó siendo una excusa para hablar del cine de un cómico que nos gusta con ganas. Porque Sandler interesa a muchos y por muchas razones diferentes. Por ejemplo, en este dossier algunos defendieron su primera etapa más anárquica y rebelde, mientras otros prefirieron sus últimos trabajos, más ligados a la comedia romántica y marcados por una impronta «seria». Estas diferencias quedaron fuertemente marcadas en los textos, que son sobre catorce películas más uno introductorio sobre Sandler. Así como nosotros discutimos sobre esos y otros temas, esperamos que el debate haya impregnado en cierta forma los textos, y que estos también «discutan» entre sí, que dialoguen unos con otros. Después de todo, eso es lo más valioso de una obra como la de Sandler, que su riqueza sigue intacta más allá de todo lo que se escribió al respecto, y que a pesar de los años su cine continúa soportando la discusión. Lo bueno es que después de No te metas con Zohan, una de las películas más importantes del año (y junto a Una guerra de película, probablemente una de las mejores comedias de la última década), queda claro que el cine de Adam Sandler va a seguir generando polémicas y encendiendo discusiones por mucho tiempo todavía.

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ADAM SANDLER

por Diego Maté

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De actores y autores. Quiroga ya pensaba, en una época que podríamos etiquetar un poco pomposamente como “la prehistoria de la crítica de cine”, que los actores eran los verdaderos responsables de las películas. Sólo ocasionalmente Quiroga se refería a los directores, y cuando lo hacía, nunca los ubicaba como el eslabón más importante en la cadena de la producción cinematográfica. Tiempo después, décadas de crítica (y de teoría también) iban a terminar consolidando otra idea, la del director como autor único e incontestable. Pero de Cahiers du Cinema a esta parte, el autorismo sufrió grandes cambios: de un arma política e ideológica en mano de los primeros Cahiers fue mutando en una herramienta analítica cada vez menos filosa y reflexiva, hasta convertirse en uno de los lugares comunes más recurrentes de la crítica. En ese camino hubo opositores, voces discordantes como las de Pauline Kael y Andrew Sarris, que a pesar de la lucidez de sus argumentos nunca alcanzaron a revertir la dirección que había tomado el concepto. Sin embargo, y más allá de las simpatías por las diferentes posiciones, hay un dato concreto: que muchas veces nos encontramos con obras que no están dirigidas por un mismo director, y sin embargo dan fuertes muestras de cohesión, de unidad. Es el caso de los actores que a pesar de trabajar con diferentes directores son dueños de una filmografía sólida, coherente, con una mirada que se mantiene de película en película. La llamada Nueva Comedia Americana que surge más o menos a principios de los 90 es un movimiento que ofrece una buena cantidad de casos de actores-autores. Uno de ellos, y de los más importantes, es el de Adam Sandler.


Do the Evolution. A grandes rasgos, la filmografía de Sandler (que además de cómico es guionista, productor, músico y republicano) puede dividirse en antes y después de Locos de Ira. Pero esta división puede llegar a volverse un tanto perezosa, porque independientemente del éxito que Sandler haya conseguido como cómico irreverente (en su etapa A.L.I. –antes de Locos de Ira-) o como personaje que oscila entre lo romántico y lo serio (D.L.I.) a lo largo y ancho de su carrera pueden verse cambios, pruebas (y errores), riesgos. En las películas de Sandler, pero especialmente entre las películas de Sandler, se alcanza a vislumbrar una búsqueda, una pregunta (o varias, en todo caso) por el humor, el mundo y el cine. Incluso si se piensa que sus primeras películas son más valiosas porque parecieran ofrecer una visión del mundo menos segura y probada, nunca podría descartarse la última parte de su carrera, entre las que se incluyen una verdadera joya como No te metas con Zohan, o la correcta y muy rescatable Como si fuera la primera vez. Es que, si se me permite la comparación, Sandler tiene algo de rompecabezas: hacen falta todas las piezas (o al menos varias) para empezar a ver el todo. Un personaje como Sonny Koufax de Un papá genial termina de construir y completa a Billy Madison, Happy Gilmore adelanta gran parte del camino que va a recorrer Bobby Boucher en la superación de sus miedos en The Waterboy, Dave Buznik de Locos de Ira carga con los complejos y manías de casi todas las caracterizaciones anteriores. Se trata de personajes que se potencian mutuamente, donde uno arroja luz sobre el(los) otro(s) y que se retroalimentan de película en película hasta dar con esa superficie inestable, movediza, resistente a las etiquetas fáciles y prefabricadas (¿»cómico»?, ¿»actor serio/dramático»?) que es la carrera de Adam Sandler.


Deportología. No tiene mucho sentido enumerar acá los tics de los personajes de Sandler en sus diferentes etapas (aniñado, maduro, tímido, agresivo, etc.), para eso pueden leer los textos del dossier que dan cuenta de la complejidad y las mutaciones de los personajes sandlerianos a través de los años. Pero sí habría que decir, siguiendo en un nivel macro, que existen temas y obsesiones que bien podrían adjudicársele a algún director de ser dueño de semejante filmografía. Pero Sandler no dirige, al igual que muchos de sus compañeros de armas como Will Ferrel o Jack Black, y sin embargo se puede hablar de su obra como una unidad, si bien con algunos sobresaltos pero siempre coherente, consistente. Por ejemplo, aunque puesto en palabras suena un poco cursi, «la discriminación» en Sandler es un tema recurrente. Ya sea el vago que Happy Gilmore adopta como caddy después de ver a un policía que lo maltrata, como el diálogo que sostiene Sonny Koufax con uno de sus amigos respecto a sus otros dos amigos gays; son escenas fuertes, que impactan ideológicamente, con una bajada de línea (en el mejor sentido del término) sólida pero nunca remarcada con golpes bajos ni discurseos moralistas. Otro tema que parece poblar las películas de Sandler, fundamental a la hora de definir la obra del cómico, es el deporte. Si bien en un análisis más grande se podría hablar directamente de “lo físico” (que englobaría, en cierta medida, a “lo deportivo”), por que sus películas siempre demandan un despliegue corporal muy intenso, ya se trate de las habilidades de lucha de Longfellow Deeds o de la escena en que Sonny se arroja sobre un auto en movimiento, lo cierto es que concretamente el deporte ocupa un lugar central en las películas y los personajes de Sandler. Hockey, golf, fútbol americano (o football), básquet, son varios de los deportes que Sandler ejecuta en pantalla, pero además sus personajes (más allá de practicar o no alguno) suelen ser fanáticos, consumidores irrefrenables de deportes que gustan de todo tipo de actividades físicas. Podría afirmarse, sin exagerar, que este es el rasgo que atraviesa con más fuerza toda la carrera cinematográfica de Sandler, y que la comparación con otro cómico eminentemente físico como Jerry Lewis no sólo es pertinente sino necesaria, fundamental.


Estos temas y muchos otros, como la tradición de humor a la que suscribe Sandler y el peso de Lewis en su obra (presente sobre todo en Going Overboard), su relación fluctuante y muchas veces insegura con las mujeres, el rechazo por la madurez y todo lo que implique la toma de responsabilidades (que puede verse tanto en Billy Madison y Un papá genial como en La esperanza vive en mí), el trabajo con los chicos y el universo infantil, la serenidad forzada que da paso a explosiones incontenibles de bronca (Sandler siempre fue, desde Billy Madison, un verdadero “loco de ira”), etc. son pensados en los textos que siguen a continuación, y que abarcan catorce de sus películas más importantes. Unas cuantas piezas, se diría, para empezar a (re)construir la carrera de uno de los cómicos más importantes de las últimas décadas.

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LAS PELÍCULAS

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Going Overboard (1989)

Dirección: Valerie Breiman
Guión: Valerie Breiman, Adam Rifkin, Adam Sandler, Scott LaRose
Intérpretes: Burt Young, Scott LaRose, Adam Rifkin, Peter Berg, Billy Zane, Allen Covert, Billy Bob Thornton, Milton Berle

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Probablemente el tributo más sentido a la obra de Jerry Lewis, Going Overboard tiene muchísimo de las películas del cómico: un personaje y una historia muy parecidos a los de El botones, una estructura episódica que remite bastante a El botones y El terror de las chicas, una mirada del mundo desesperanzada y con sabor amargo que hacen acordar a The Patsy o Las joyas de la familia, y un sinceramiento constante sobre los recursos y el artificio del cine que puede verse en casi todas las películas del director de El profesor chiflado. Es muy raro encontrar en el primer largo de un cómico semejante cantidad de referencias y guiños a la obra de otro cómico (por si quedan dudas, Going Overboard cuenta al igual que El botones –una ópera prima- con la aparición de Milton Berle), pero es claro que más allá de la filiación innegable con Jerry Lewis, este primer protagónico de Sandler muestra (aunque el personaje sea bastante menos consistente que el de su próxima película, Billy Madison) una virulencia cinematográfica que habrá de ser silenciada, educada digamos, para poder alcanzar el éxito masivo en el futuro. Sin embargo, algunos ecos del estallido de la incorrección política, malas palabras e irreverencia de Going Overboard permanecen en Billy Madison, que sería la primera gran obra maestra de Adam Sandler. Diego Maté

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Billy Madison, tonto pero no tanto (Billy Madison – 1995)

Dirección: Tamra Davis
Guión: Tim Herlihy, Adam Sandler
Intérpretes: Darren McGavin, Bridgette Wilson, Bradley Whitford, Norm MacDonald, Steve Buscemi, Chris Farley

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Después del reviente cinematográfico que fue Going Overboard, llega la primera película en la que asoman los temas verdaderamente sandlerianos. Lo más interesante de Billy Madison (con el agregado local del tonto pero no tanto) y teniendo en cuenta que estamos ante la primera vez en que el cómico hace algo más que actuar (Sandler escribió el guión junto a Tim Herlily, el que sería su colaborador habitual) es la fuerza y la lucidez humorística que tiene la película. Una suerte de El ciudadano en clave de comedia de los 90, Billy Madison comparte con la película de Orson Welles (además de la historia de un millonario despilfarrador que a pesar de su fortuna tiene que luchar para ganarse un lugar en el mundo) un cierto aire revolucionario, innovador. Sandler va a ponerle todas las fichas a una comedia arriesgada, extrema, que está casi siempre al límite y violentando lugares comunes. Uno de ellos es la ñoñería con que se suele pintar a los chicos en el cine: Sandler, en cambio, los trata de igual a igual: los escucha, los agrede (los caga a pelotazos en el quemado), les grita, se ríe con ellos y también de ellos. Y esto no es menor, porque la figura del chico es fundamental para el cine del cómico; la mayoría de sus personajes son una suerte de monstruo aniñado y bondadoso con las hormonas a pleno y una furia contenida siempre a punto de explotar. No es coincidencia que esos personajes infantiloides hayan funcionado en tantas películas: Sandler (como Rosellini, como Truffaut) es uno de los pocos artistas en la historia del cine que supo entender tan bien a los chicos. Diego Maté

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Happy Gilmore (1996)

Direción: Dennis Dugan
Guión: Tim Herlihy, Adam Sandler
Intérpretes: Christopher McDonald, Julie Bowen, Frances Bay, Allen Ciovert, Kevin Nealon, Bob Barker

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¿Cuántas veces miré Happy Gilmore? Ya no sé, perdí la cuenta. Fue la primera película de Adam Sandler que vi y me atrevería a decir que es mi favorita (y eso que no me perdí ni una). Happy es un niño en cuerpo de grande que posee una doble personalidad, símil Dr. Jekyl y Mr. Hyde; por momentos actúa como un adulto que cuida muchísimo a su abuela, y por otros es un chiquilín mal hablado y violento que golpea o rompe todo lo que está a su alcance. Junto a Billy Madison, Happy Gilmore es otra de las primeras películas donde comienza a aparece la famosa “furia Sandler”, esa ira contenida que en algún momento explota y no de la mejor manera. Happy ama el hockey pero no tiene aptitudes para practicarlo, y la única virtud deportiva que tiene es su potente pegada. Gracias a este don es que empieza a jugar golf a cambio de dinero para salvar la casa de su abuela que va a ser rematada. Así de bien le va en el golf que se anota en el campeonato nacional por la Chaqueta Dorada. Con personajes secundarios de primera como el gran golfista Chubbs (Carl Weathers), el enfermero explotador (un genial Ben Stiller), la abuela y la relacionista pública, Happy Gilmore es un film lleno de violencia y altas dosis de humor. Guillermina Bóveda

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La mejor de mis bodas (The Wedding Singer – 1998)

Dirección: Frank Coraci
Guión: Tim Herlihy
Intérpretes: Drew Barrymore, Christine Taylor, Allen Covert, Kevin Nealon, Steve Buscemi, Jon Lovitz

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Robbie (Sandler) es un compositor frustrado y cantante de bodas que está a punto de casarse. Julia (Barrymore) es camarera en bodas, está comprometida y le gustaría casarse. Pero los dos están o quisieran estar con la persona equivocada. Afortunadamente a Robbie lo plantan en el altar, y así descubrirá, a pesar de su depresión absoluta, que la persona indicada para él es Julia, así como Barrymore es la indicada para Sandler a la hora de compartir fotogramas en una comedia romántica (y que de hecho volverá a serlo en la excelente Como si fuera la primera vez) Adam Sandler es un gran comediante, pero además (como lo hiciera poco después también y tan bien en Embriagado de amor) es un gran portador de tristeza, e incluso en los momentos más graciosos de La mejor de mis bodas ese aura melancólica está presente, y eso es especialmente lo que distingue a Sandler del resto de los cómicos, la capacidad de hacernos reír desde el más triste desconsuelo. Laura Gehl

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The Waterboy (1998)

Dirección: Frank Coraci
Guión: Tim Herlihy, Adam Sandler
Intérpretes: Kathy Bates, Fairuza Balk, Henry Winkler, Allen Covert, Rob Schneider

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En The waterboy asoma el costado más extremo y más físico de Adam Sandler. Bobby Boucher, que desde niño oficia de aguatero en partidos de fútbol americano y es víctima de burlas y atropellos constantes, consigue un lugar como jugador en un equipo que viene en picada. Si bien Bobby no tiene técnica ni destreza física alguna, carga con un enojo contra el mundo que cuando aflora hace de él una máquina imparable y un pilar indiscutido del equipo. En este sentido, lo verdaderamente aterrador de The waterboy son los registros en los que se mueve Sandler: de la niñez más inocente y atontada se pasa a una explosión de bronca incontenible que arrasa, en el sentido más físico de la palabra, con todo y con todos. Esos dos tonos con los que suelen hacer malabarismos los personajes sandlerianos están acá muy tensados, y por eso hay veces en los que la división del mundo en buenos-y-malos (división exagerada, aparentemente cristalina, propia de un chico como Bobby) que propone la película se rompe en medio de la virulencia de los estallidos del personaje de Sandler. Diego Maté

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Un papá genial (Big Daddy – 1999)

Dirección: Dennis Dugan
Guión: Steve Franks, Tim Herlihy, Adam Sandler
Intérpretes: Leslie Mann, Rob Schneider, Joey Lauren Adams, Allen Covert, Jon Stewart, Steve Bucemi

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Un papá genial es la comedia que hizo conocido mundialmente a Adam Sandler. Su personaje, Sonny, es un abogado de treinta años totalmente inmaduro, que vive de rentas y que acepta hacerse cargo de un niño para demostrarle a su novia que puede ser una persona responsable. Pero Sonny no tiene la menor idea de cómo criar a un chico y muchas veces se llegan a confundir los roles de uno y otro. La relación entre Sonny y el pequeño va creciendo a tal punto que, con tal que le sea otorgada la adopción del mismo, el personaje de Sandler comienza a cambiar sus malos hábitos y a volverse más adulto. En Un papá genial Sandler saca a relucir todos los temas recurrentes de su primera época como actor: el personaje del niño en cuerpo de grande, la ira contenida, los chistes tontos y lo escatológico. Pero no todo son risas, porque la película tiene varios puntos dramáticos donde se cae en la sensiblería más fácil. Por ejemplo, cuando surgen temas como el abandono, los malos lazos familiares o las relaciones de pareja fallidas. De todas formas, Un papá genial es uno de los momentos más fuertes en la carrera del cómico que, antes de llegar a lo más dramático de la historia, despliega junto a sus excelentes secundarios (como Steve Bucemi o Rob Schneider) todo lo que sabe para hacernos reír como ningún otro. Guillermina Bóveda

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Little Nicky, el hijo del diablo (Little Nicky – 2000)

Dirección: Steven Brill
Guión: Steven Brill, Tim Herlihy, Adam Sandler
Intérpretes: Patricia Arquette, Harvey Keitel, Rhys Ifans, Tommy ‘Tiny’ Lister, Rodney Dangerfield, Allen Covert, Peter Dante, Jonathan Loughran, Reese Witherspoon

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En esta comedia de humor absurdo, bizarro y maravillosamente endiablado, Adam Sandler es Nicky, un aniñado y despreocupado hellboy que se ve obligado a detener a sus dos hermanos mayores, Adrian (Rhys Ifans) y Cassius (Tom Lister), cuando intentan someter a la humanidad bajo un poder infernal oscuro y delirante. Con el diablo (Harvey Keithel) como padre y un ángel (Reese Whiterspoon) como madre, Nicky aprende lentamente, y a los golpes, que “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Por fortuna, y gracias a los demonios intervinientes, el film de Steven Brill olvida lo solemne que puede ser el peso de esa gran responsabilidad y, evitando caer en penosos discursos morales con tufillo aleccionador, su película se vuelve sólida gracias a la exposición de acciones y personajes caricaturescos que desfilan por la tierra sin preocupación alguna: desde un bulldog consejero y parlanchín de nombre Beefy, pasando por dos fans del heavy metal que anhelan llegar al infierno como sea, hasta llegar a la materialización del orden/caos en la figura de Ozzy Osbourne. Como si esto no alcanzara para construir el absurdo, se puede ver en el inframundo cómo se somete a Hitler a toda clase de prácticas sexuales sadomasoquistas. Por fortuna, con Little Nicky el infierno en la tierra no es tan apocalíptico. ¿Deberíamos decir “gracias a Dios”? Ezequiel Villarino

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La herencia del Sr. Deeds (Mr. Deeds – 2002)

Dirección: Steven Brill
Guión: Clarence Budington Kellan, Robert Riskin, Tim Herlihy
Intérpretes: Wynona Ryder, John Turturro, Allen Covert, Peter Gallagher, Peter Dante, Steve Buscemi, Rob Schneider

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Longfellow Deeds es el personaje que anuncia el gran giro que habría de producirse en la carrera de Adam Sandler, “oficialmente”, a partir de Locos de ira. Para empezar, Deeds guarda poco y nada del aire aniñado e inmaduro de sus personajes anteriores. Por ejemplo, Longfellow tiene una visión del mundo formada y ya consolidada desde el primer plano de La herencia del Sr. Deeds. A contrapelo de películas como Billy Madison o Un papá genial, donde Sandler es el que tiene que integrarse al mundo, en La herencia… Deeds permanece inmutable casi toda la película; al final, es el mundo y la gente que rodea a Deeds los que tienen que cambiar, no él. Otra cosa es que Sandler ya se va perfilando como el galán y romántico de sus próximas películas, dejando atrás a personajes ineptos con las mujeres como Billy Madison o Bobby Boucher. Y un síntoma importante de los problemas de la película es que el Mal, que siempre está gravitando el universo sandleriano (acá en la forma de la empresa de Deeds y el programa de televisión), en La herencia… está subrayado de manera un poco grosera. Por eso la resolución final y el monólogo de Deeds, seguramente el más aleccionador y el más flojo de toda la carrera de Sandler (junto al de Un papá genial), se notan forzados, problemáticos, porque los conflictos se apelotonan y la bajada de línea (que por lo general el cine de Sandler trabaja con mucho cuidado) resulta débil y poco convincente. En este sentido, La herencia… es una película de quiebre, que da cuenta casi a pesar suyo de los cambios que habrían de venir en la carrera de Adam Sandler. Diego Maté

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Embriagado de amor (Punch-drunk Love – 2002)

Dirección: Paul Thomas Anderson
Guión: Paul Thomas Anderson
Intérpretes: Emily Watson, Phillip Seymour Hoffman, Luis Guzmán

Embriagado de amor no es una comedia, pero si uno se sumerge en la búsqueda de un género que la contenga, mayormente la va a encontrar catalogada de esa manera: comedia dramática. Posiblemente el hecho de que su protagonista sea Adam Sandler hace que se le adjudique tan perezosa etiqueta, pero lo cierto es que aquí Paul Thomas Anderson apuesta al actor antes que al comediante y logra que la composición del personaje de Barry sea de una melancolía extrema, que cruza toda la película. Sandler se calza de manera magistral el traje azul de la desolación, abandona la mueca infantil sin perder la inocencia y nos regala la mirada más triste y el baile más feliz que se pueda bailotear en el pasillo de un supermercado. Si por cualquier injusto y arbitrario motivo se lo considera a Adam Sandler sólo un comediante, existe esta pequeña obra maestra con un actor enorme para probar lo contrario. Laura Gehl

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Locos de ira (Anger Management – 2003)

Dirección: Peter Segal
Guión: David Dorfman
Intérpretes: Jack Nicholson, Marisa Tomei, Luis Gusmán, John Turturro, Krista Allen, Woody Harrelosn, Keavin Nealon, Allen Covert, John C. Reilly, Rudolph Giulani

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Además de ser la primera vez que Adam Sandler comparte cartel (literalmente, porque el afiche está partido en dos) con otro actor, lo más raro de Locos de ira es que es una película que habla del propio Sandler, de su cine y sus personajes. Toda la historia del tímido y reservado Dave (Sandler) parece estar refiriéndose a varios de los trabajos anteriores del cómico, como Billy Madison, Happy Gilmore o The Waterboy. Pero a diferencia de esas y otras películas suyas, y más allá de algunos problemas (como la vuelta de tuerca final o el tinte psicologista que implica el trauma infantil de Dave) es importante señalar que en Locos… no hay un enemigo concreto a derrotar, chica que conquistar (Marisa Tomei es pareja de Dave desde el comienzo de la historia) ni Mal que combatir. A contramano de gran parte de la obra sandleriana, acá el conflicto principal gira alrededor del propio de Dave y de su manera de relacionarse con el mundo. En este sentido, y sobre todo en las escenas en las que el “terapeuta de ira” Buddy Rydell (Nicholson) le dice a Dave cuáles son sus problemas y cómo debe afrontarlos, parece clarísimo que lo que se está cuestionando en Locos… es mucho más que el personaje de Dave; en realidad, lo que está en juego es el propio registro cómico de Sandler. Por eso es que en la escena final del estadio, cuando Dave grita frente a miles de personas que ya no quiere “estar enojado”, Sandler está dejando atrás toda una etapa de su carrera (signada por el tema de la famosa “ira contenida”) para inaugurar otra con personajes distintos, más fuertes, maduros y hasta galanes (así, el personaje de Deeds no era más que el aviso del cambio que se venía). Diego Maté

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Como si fuera la primera vez (50 First Dates – 2004)

Direción: Peter Segal
Guión: George Wing
Intérpretes: Drew Barrymore, Rob Schneider, Sean Astin, Dan Aykroyd, Allen Covert, Peter Dante, Kevin James

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No hay dudas de que Como si fuera la primera vez es la más romántica de las comedias de Adam Sandler. Perteneciente a su época más madura, el actor ya no hace de niño, sus papeles de chiquilín quedan a un costado y Sandler se convierte en un tipo encantador y bastante galán que lo único que busca es el amor de una chica. Henry es veterinario y vive en un acuario rodeado de pingüinos, morsas y delfines. También lleva una vida sentimental libre de compromisos; conoce turistas, las seduce por un par de semanas y luego finge tener que dejarlas por cualquier motivo. Hasta que conoce a una chica de la zona, Lucy, y ahí comienza su problema más grande. Porque además de que Henry se enamora casi instantáneamente de ella, resulta que Lucy, a raíz de un grave accidente, sufre un desequilibrio que no le permite recordar nada más allá del plazo de un día. Pero Henry no se dará por vencido y tratará incansablemente de conquistarla de distintas formas (y hasta de las más ridículas) con tal que Lucy lo recuerde a la mañana siguiente. Hay que decir que a Sandler le sienta muy bien el papel de romántico y ese aire entre calmo y gentil del personaje de Henry. De hecho, la mayor parte del humor del film no corre por cuenta suya sino de los excelentes actores secundarios que lo acompañan. Los paisajes exóticos de la isla que habitan Henry y Lucy, la música y Adam Sandler en su nueva faceta de “tierno” dan los ingredientes justos para una comedia que cumple con todo. Guillermina Bóveda

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Click (2006)

Dirección: Frank Coraci
Guión: Steve Koren, Mark O’Keefe
Intérpretes: Kate Beckinsale, Christopher Walken, David Haselhoff, Henry Winkler, Julie Kavner, Sean Astin, Jonah Hill, Jennifer Coolidge

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La dupla conformada por Frank Coraci y Adam Sandler (ya habían trabajado juntos en El aguador y La mejor de mis bodas), vuelve a unir fuerzas en Click, un film que inicia como una comedia despreocupada y desvergonzada, dotada de leves componentes dignos de un relato de ciencia ficción y sustentada por la gracia de algunos de sus actores intervinientes (Sandler, Christopher Walken y David Hasselhoff) pero que muta trágicamente en melodrama hasta alcanzar altos niveles lacrimógenos difíciles de tolerar. Los mejores momentos de Click se encuentran en su primera mitad: cuando Michael Newman (Sandler) es irreverente; cuando su humor roza lo escatológico y lo violento; y cuando Ammer (David Hasselhoff) es víctima y victimario a la vez. A posteriori, la película de Coraci se torna demasiado sensiblera provocando que el personaje interpretado por Sandler se vuelva altamente emocional, y que ese «control remoto todopoderoso» se convierta en máquina de acción automática al servicio de la solemnidad y los mensajes aleccionadores. Ezequiel Villarino

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La esperanza vive en mí (Reign Over Me – 2007)

Dirección: Mike Binder
Guión: Mike Binder
Intérpretes: Don Cheadle, Jada Pinkett Smith, Liv Tyler, Donald Sutherland, Ted Raimi

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Es una pena que esta película haya sido lanzada directamente a DVD en nuestro país porque, entre otras cosas, se puede ver una faceta muy poco conocida de Adam Sandler. En La esperanza vive en mí Sandler encarna a Charlie Fineman, un hombre que no puede superar la pérdida de su mujer y sus hijas en el atentado del 11 de Septiembre del 2001. Años después, Charlie se reencuentra con su antiguo compañero de universidad, Alan (Don Cheadle), quien parece tenerlo todo; una hermosa familia, una carrera y una buena posición económica, pero se siente vacío e incomprendido. Entre ambos se ayudarán y encontrarán en el otro el punto de apoyo que estaban necesitando. La esperanza… es un drama que se mete de lleno con varios temas, como el lidiar con una pérdida terrible o la reacción frente a una tragedia inesperada. El papel del atormentando Charlie fue un nuevo desafío para Sandler; el cómico está mas serio que nunca y  muchos se atrevieron a decir que este era el mejor papel que había encarado. El de Charlie es un rol difícil porque el personaje no es sólo un tipo deprimido, sino un hombre completamente traumatizado, con problemas psíquicos, que lleva una vida de adolescente (no trabaja, juega a la playstation, toca la batería, escucha música todo el día y anda en una especie de monopatín a motor) para tratar de escapar al dolor que lo agobia. La esperanza… es una película que conmueve pero sin llegar nunca a caer en un sentimentalismo excesivo. Guillermina Bóveda

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Yo los declaro marido y… Larry (I Now Pronounce You Chuck & Larry – 2007)

Dirección: Dennis Dugan
Guión: Barry Fanaro, Alexander Payne, Jim Taylor
Intérpretes: Kevin James, Jessica Biel, Dan Aykroyd, Ving Rhames, Steve Buscemi

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Dos bomberos: Chuck Levine (Adam Sandler), un tipo inmaduro, no muy responsable que digamos, piola e intolerable; y Larry Valentine (Kevin James), el clásico “gordo bueno”, responsable y maduro. Amigos que se complementan gracias a sus diferencias de carácter y que deciden emprender un juego de apariencias disparado por una noble causa. Los minutos iniciales son lo mejor que tiene para darnos este film de Dennis Dugan (director de la reciente No te metas con Zohan, entre otras): allí tenemos a un híper obeso siendo salvado por estos dos compañeros de trabajo, un momento de incorrección en donde la víctima clama por alimento antes que ser salvada por el dúo dinámico que a futuro decidirá enmascararse bajo una fachada gay. Más centrado en hacernos reflexionar y en pregonar un mensaje aleccionador, y perdiendo toda incorrección con el correr de los minutos, al film de Dugan no lo salva ni Jessica Biel en ropa interior, ni la gran actuación de Ving Rhames bajo la ducha . Hubiese sido mejor si Chuck y Larry terminaran casándose. Es que a esta supuesta comedia le falta más absurdo sobre sus plumas. Ezequiel Villarino

9 comentarios

  1. MetalinguistiK

    Chicos: me encantó el dossier, es un laburo re preciso con una estructura clasica funcional que comunica a la perfeccion la obra y el espiritu de sandler.pelotas pelotas…
    Diego siempre firme manteniendo la cohesion de los articulos y poniendo orden! Los felicito, posta me encantó.
    bueno cíclope maté, el trabajo está bien.
    Va, saludos. ;)
    K

    octubre 10, 2008 en 12:56 pm

  2. Y The Longest Yard?

    octubre 11, 2008 en 12:40 pm

  3. Nadie la tenía lo suficientemente fresca como para escribir. Aunque menos importantes, también quedaron afuera Spanglish y Eight Crazy Nights.

    octubre 11, 2008 en 1:33 pm

  4. lucero

    yo soy tu fans tengo un albuen lleno de todas tus fotos y ahora me muero por ir al cine a ver tu peicula de cuentos que no son cuentos eres el mejor y te digo que eres muy divertido y comico para hacer peliculas comicas yo de grande quiero ser igual a ti eres el mejor artista que he conocido mejor dicho eres el mejor actor del mundo soy una ñiña de 12 años que espera conocerte algun dia y verte ese es mi sueño conocerte

    febrero 7, 2009 en 12:30 am

  5. adam sandler es lo mejor

    febrero 20, 2009 en 3:48 pm

  6. soy un un admirador de todas sus peliculas.
    su forma de interpretar los personajes es maravillosa, no me pirdo ninguna de sus peliculas sobre todo me gusto la pelicula, mi primer gran ultimo veso

    marzo 1, 2011 en 2:01 pm

  7. soy fans me gutan todas sus peliculas
    y la forma en que le vida a todos sus personajes

    pelicula favorita mi primer gran ultimo veso

    marzo 1, 2011 en 2:04 pm

  8. maria galdames

    adam sandler lo mjor soy fanatica de el ..tengo todas sus peliculas…m emosionam y m hacen reir,llorar..el es jenial..lo amo

    May 31, 2011 en 10:13 pm

  9. Elizabeth

    la verdad que si es un gran actor amo sus peliculas en especial, como si fuera la primera vez y click que papel, eres ecxelente actor, espero seas un gran ser humano lo mejor siempre, escuchar tu nombre en una pelicula es garantia , ssiempre vere tus peliculas gracias por existir. :)

    septiembre 4, 2011 en 6:31 pm

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