Entradas etiquetadas como “Dossier Fontán

Carta sobre El limonero real

Carta sobre El limonero real - c i n e m a r a m a

por Geraldine Salles Kobilanski

Buenos Aires, 27 de septiembre de 2016

Querido Diego:

Las palabras que manifestaste sobre la película El limonero real, de Gustavo Fontán, me han provocado el deseo de compartir algunas impresiones en torno a ella. Como bien expresaste, el núcleo saeriano de la descripción es tomado, apropiado, acariciado por Fontán. Es una descripción densa, perfumada con sudor, con manos terrosas, con nucas salíferas, con aquel viento intensamente fresco que invita a la tormenta, con aires herbáceos que envuelven los ojos cansados, la inmensa boca entreabierta del Ladeado mientras Wenceslao rema pausadamente, los primeros planos del cuello de Wenceslao sentado junto a ella, un cuello silencioso y obstinado que teje las cintas negras en las camisas de su marido y que le dice que tomará un mate más tarde, cuellos que parecen estar próximos a un más allá que a este más acá, que a la cena de fin de año, que a la orilla, que a la familia y que a los perros, una forma que se acerca sin ser visible ni tangible, una forma informe, que mantiene una distancia justa con los que aún viven, con los que aún pueden significar la repetición ancestral. (más…)


El limonero real

El limonero real - c i n e m a r a m aAño: 2016
Origen: Argentina
Dirección: Gustavo Fontán
Guion: Gustavo Fontán
Intérpretes: Germán De Silva, Patricia Sánchez, Eva Bianco, Rosendo Ruiz
Música: Emisor
Fotografía: Diego Poleri
Edición: Mario Bocchiocchio
Duración: 75 Minutos

por Diego Maté

La pesquisa. Algo respira, aunque no puede verse bien qué es. Un bulto blanco que se mueve rítmicamente, como si estuviera fundido con el resto del entorno y todo fuera lo mismo: árboles, plantas, tierra, río, animales. La imagen es de una belleza asombrosa y evoca como pocas veces el movimiento saeriano de la descripción: se informa obsesivamente sobre el estado de la materia, pero sin llegar nunca a agotar la cosa sino que, al contrario, se la restituye en su ambigüedad, se la integra en un orden más extenso hasta que todo parece conformar un solo organismo, vivo, complejo que, como el bulto blanco que se confunde con la vegetación, respira a su vez. El cine de Gustavo Fontán siempre tuvo una voluntad descriptiva que lo llevó a detenerse sobre los objetos y las personas para mirarlos en detalle con la seguridad de que el cine puede arrancarles algo único, inédito, nunca visto por otras vías. (más…)