Mar del Plata 2020 – Adiós a la memoria

Adiós a la memoria (Argentina – 2020)
Competencia Internacional

Dirección: Nicolás Prividera
Guion: Nicolás Prividera

por Andrés Brandariz

Trece años después de M, Nicolás Prividera regresó a su historia familiar para entregar una película monumental sobre -el título lo dice todo- la memoria. En M Prividera indagaba sobre su madre -desaparecida por las fuerzas represivas del Estado durante la última dictadura militar- e intentaba reconstruir su figura a partir de las voces ajenas. Adiós a la memoria se concentra en Héctor, el padre, a quien ha conocido durante toda su vida sin que eso permitiera llenar el hueco insondable entre los dos. En la actualidad, Héctor padece un deterioro cognitivo que le impide recordar cada vez menos o -por el contrario, al mismo tiempo- permite olvidar cada vez más. El material de archivo filmado por el padre -el primero que le puso a Nicolás una cámara en las manos- sirve de trampolín para una reflexión que trasciende, por mucho, el documental de archivo familiar. Ese subgénero (que cada tanto se agota cuando el archivo pasa a ser de un medio para convertirse en fin) revive en forma esplendorosa cuando los fragmentos familiares se convierte en metáfora, no sólo de su potencia para capturar el pasado sino en su carácter incompleto, falible.

Una de las primeras metáforas que establece Adiós a la memoria (tiene muchas) compara al padre con Edmond Dantès, el protagonista de El conde de Montecristo (relato emblema del cine y la literatura por igual, aquí en permanente diálogo). Dantès, encerrado en un calabozo y traicionado por sus enemigos, sólo anhela una cosa: conservar la memoria para, llegado el momento, poder vengarse. Pero la memoria puede ser también una prisión, y el olvido, la única manera de seguir vivo. Acaso para Héctor el único remedio para huir de la prisión de la memoria haya sido abrazar el olvido, que se abre paso como una nube negra mientras garabatea nombres al azar en sus cuadernos.

Prividera intenta comprender a su padre a la vez que insiste en una memoria ya no individual, sino colectiva; no sólo afectiva, también política. En ese sentido, Prividera traza una línea recta entre la última gestión de Cambiemos y la dictadura militar y ubica en el neoliberalismo al enemigo principal de la memoria. Como ejemplo, Prividera señala la práctica ausencia de imágenes de la represión: ¿cómo se puede recordar algo sin imagen? Y a la vez, ¿es la imagen la única manera de recordar? Si Adiós a la memoria señala la necesidad de las imágenes no es por las imágenes en sí, sino como parte de un infinito juego de espejos en perpetuo estado de flujo. Imágenes moldeadas a la manera de otras, abiertas a la resignificación, en flujo constante y libre. En este juego están los recuerdos, está el archivo familiar y, por supuesto, está el cine.

Adiós a la memoria es necesariamente populosa y erudita. A veces incluso a riesgo de restarle un poco de espontaneidad y emoción. La voz en off del realizador elige narrar su propia historia en tercera persona: su padre es «el» padre, mientras que él «el hijo», como personajes de un relato ajeno. Con conciencia de que todo recuerdo es recreación, pero también adoptando cierta distancia prudencial. La película casi parece tambalearse bajo su propio peso mientras las películas silentes se mezclan con las películas hogareñas de Héctor, a medida que las imágenes digitales de la Buenos Aires actual se entrelazan con una de las más hermosas escenas de Casablanca. El andamiaje que la mantienen a flote son la rigurosa estructura -de la cual el realizador debe estar bastante orgulloso porque incluso incluye imágenes de sus apuntes para el guion- y a un finísimo trabajo de montaje.

La película cierra con la imagen del padre dormido, en un lento fundido a negro que remite a esos recuerdos que se extinguen. Afortunadamente, Nicolás tiene el cine, y en él una esperanza de impregnar esas imágenes -frágiles y digitales- con algo de su propia memoria. A través de la transferencia, el cine también puede ser una forma colectiva de memoria.

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