Ellos son, Los violadores

Ellos son, Los violadores - CinemaramaAño: 2009
Origen: Argentina
Dirección: Juan Riggirozzi
Guión: Juan Riggirozzi
Fotografía: Otmar Pucheta
Música: Los violadores
Duración: 98 minutos

por David Obarrio

Es cierto que Los violadores nunca fueron del todo una gran banda de rock: un astuto rudimentarismo musical, sumado al gozosamente asumido y novedoso mote de primer grupo de punk criollo, en el que lo particular podía así adquirir un aire de universalidad y de autoridad cosmopolita, sumado a un trabajo en el que se ponía el pecho sin saber en realidad con qué resultados, le sirvieron a Piltrafa y compañía para forjarse una modesta aunque persistente leyenda, moldeada por lo menos a la altura de sus requerimientos. Es que en verdad había que estar ahí como ellos lo hacían, a principios de la década del ochenta, cantando (gritando) como desaforados esa palabra “represión”, que hoy parece volver a destiempo y más bien irresponsablemente. Fiesta negra, carnaval de sótano, conjuración de los demonios del miedo, los empeñosos recitales de Los violadores (por lo menos una vez, en algún afiche, anunciados como Los voladores) podían terminar, y no era nada raro, en una razzia, con palos bien repartidos y visitas forzadas a la seccional más cercana. Me lo contaron, además podía leerlo en las páginas de El expreso imaginario. Poco tiempo más tarde, para cuando salió su primer disco, el grupo estaba precedido por su propio mito, de escasa pero particular circulación. ¿Quién puede olvidarse de la emoción naive que esas letras incentivaban (leídas en el minúsculo booklet que acompañaba la edición en cassette), en las que un sentimiento de inocencia salvaje, adámica, parecía operar como un fantasma directamente venido del inconsciente? Yo no, en todo caso.

Prolijamente, el documental de Riggirozzi parece dedicarse menos a informar a una generación posterior acerca de la existencia de Los violadores que a producir un objeto que oficie como souvenir para los ya iniciados. Es decir, hace las dos cosas en verdad, pero termina funcionando más como una autocelebración, una especie de fiesta privada para muchachones de cuarenta para arriba. Quienes ofrecen testimonio en la película son periodistas del palo, la mayoría de los músicos de la propia banda, músicos afines como los de Cadena Perpetua y otros no, como Gustavo Ceratti, que viene de todos modos a legitimar históricamente al grupo. ¿Los violadores se han transformado en cool? No digamos tanto. El tiempo pone todo en perspectiva, sin embargo, y las simpáticas destrezas de la película se encargan de alguna manera de corroborar al fin el ingreso de la banda en los manuales de la historia del rock argentino (¿O debería decir “rock nacional”, ese sintagma que odio y que con tanta fruición se usaba en mi adolescencia sin advertir su torpeza?). Con una estética que parece remedar amablemente el punk en sus inicios, la película recuerda como en un gesto de puro amor: no hay reconvenciones aquí, ni cuestionamientos, ni nada que se le parezca. Ellos son, Los violadores parece decir que el grupo fundador del punk en la Argentina se merecía un homenaje que reconociera precisamente esa afiliación secretamente anhelada de la banda a la familia argenta del rock. Después, qué importa del después. Esa siempre ha sido la declamada cifra clave en la ideología punk. Pero Los violadores siempre están volviendo. Y ahora tienen película, además.

Ellos son, Los violadores - Cinemarama

9 comentarios

  1. Hey, you!!! «Los violadores nunca fueron del todo una gran banda de rock»; Mmmmm…Señor Obarrio, siento como que estas líneas las ha escrito usted adrede como para que yo empiece a patalear y a romper cosas mientras leo la nota. No sé si las escribió adrede o no, pero sí empecé a patalear y a romper cosas, jaja. Creo qeu justamente el rudimentarismo musical y el grito de protesta (verdadero grito de protesta en tiempos difíciles, no grititos blanditos como los de ahora, que hasta escasean) hicieron de Los Violadores una gran banda de rock y hasta me atrevería a decir (y con esto no arriesgo demasiado) que es la única banda verdaderamente punk que tuvo la Argentina en toda su historia.
    En cuanto al documental, a mí personalmente me pareció muy didáctico, creo que le puede servir a los pibes que ahora escuchan punk para conocer de dónde aprendieron todas las bandas de ahora y creo que está narrado de forma muy efectiva, ya que me pareció muy ágil, hablan todos los que tienen que hablar y tiene imágenes de archivo muy interesantes.

    Con bandas como Los Violadores dan ganas de gritar «¡Punk not dead!»

    Saludos!

    noviembre 16, 2009 en 11:41 am

  2. Exactamente, Piscitelli… lo escribí especialmente para hacerlo cabrear, jejejej!!! No, de verdad, está bien lo que decís. La frase es fuerte pero,justamente, apunta a rescatar a Los violadores por su coraje y por su carácter pionero màs que nada. Porque, ¿desde cuàndo importan tanto en el punk las cualidades estrictamente musicales?
    Si es por lo musical, prefiero en realidad a Cadena perpetua, mirà lo que te digo. Pero Los violadores estàn bien. Como en el tema de The Who: The kids are Allright!
    Abrazo.

    noviembre 16, 2009 en 11:55 am

  3. Lo más punk que se vio por estos lados fue la caida de Ricky de Flema después de haber perdido al Winning Eleven.

    noviembre 16, 2009 en 4:47 pm

  4. Como Cobain, Ricky tomó, quizás demasiado literalmente, aquello de que es mejor estallar que desvanecerse.
    Cada vez que tiene la oportunidad, Pil enrostra, contando como un cuentito, la significativa historia de Los violadores. Siempre me choca la marcada arrogancia con la cual lo hace, como evidenciando de forma violenta la tristeza de ya no ser.

    noviembre 16, 2009 en 7:50 pm

  5. Lo que Ricky le robó a Cobain que éste le robó a Neil Young, el que se limitó a escribir la frase y cantarla. Los otros dos confundieron el signo con la cosa. Es un problema eso.
    Saludos.

    noviembre 16, 2009 en 8:35 pm

  6. No sé si es tanto un enrostre lo de Pil, sino tan solo ratificar la importancia de Los Violadores dentro del rock argentino. Anyway, por mi parte nunca lo vi en tono arrogante.

    Es verdad, la frase es del viejo Neil y con Ricky todo bien, pero no le llegaba ni a los talones a Los Violadores, sino que tan sòlo tomò el costado humorístico y bizarro de los Pistols y lo adoptó como propio. No era más que un rockero pintoresco, aunque sí hay que reconocerle la autenticidad que tenía.

    Saludos!

    noviembre 16, 2009 en 11:43 pm

  7. ruben belmonte

    no creo que pil sea arrogante: se ve que no lo conoces yo pase de ser fanatico a ser casi amigo, cualquiera puede ir a la casa y te abre las puertas aunque no te conoZca, hacelo con algun otro cantante y no te dan ni pelota( por ejemplo tengo un amigo que estuvo 3 dias sentado al pie de la mansion del indio solari y no le dio ni bola, pil es humilde, buena persona y una leyenda del rock guste a quien le guste y pese a quien le pese, lo que pasa que en este pais tenes que morir para que te reconozcan: ejemplo antes de morir luca prodan el ultimo recital lo hicieron en cancha de los andes ante 500 persona y hoy te llenarian 3 river!! por siempre pil y aguante los viola! CARAJO!!!!!!!!

    marzo 2, 2010 en 7:35 pm

  8. Ann

    Fiesta para cuarentones??? Tengo 29, empecé a escuchar violadores con un cassette mal grabado de en vivo y ruidoso de mi hermano, a los 11…al igual que un montonaaaazo de gente q conozco. V x I x O x L x A x D x O x R x E x S !!

    marzo 26, 2013 en 11:28 am

    • No hablo de Los violadores sino de la película.

      marzo 26, 2013 en 11:31 am

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