El origen (Inception)

Año: 2010
Origen: Estados Unidos, Gran Bretaña
Dirección: Christopher Nolan
Guión: Christopher Nolan
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Ellen Page, Marion Cotillard, Ken Watanabe
Fotografía: Wally Pfister
Edición: Lee Smith
Música: Hans Zimmer
Duración: 148 minutos

por Aníbal Perotti

Las reglas del juego. Con Batman, el caballero de la noche, Christopher Nolan consiguió el reconocimiento del público masivo y también el de cierta crítica obsesionada con encontrar autores en el mainstream, que se apresuró a catalogarlo como un director capaz de hacer películas inteligentes y a la vez exitosas. La nueva película de Nolan exhibe su etiqueta de narrador experimental integrado al sistema y retorna a los vanos jueguitos cerebrales de Memento, ahora utilizando los medios a gran escala que le brinda Hollywood. El origen parte de un postulado fantástico prometedor según el cual es posible fabricar una escena de acción en un espacio onírico colectivo, aunque los sueños y su exploración poseen un sinfín de normas y axiomas. Este planteo le permite al director aplicar y justificar toda su panoplia de virtuoso, hecha a base de efectos de montaje, decorados múltiples y fenómenos físicos cósmicos.

La película reconstruye un ambiente de realidad virtual cercano al video juego, mezcla de acción y enigmas, poblado de personajes caracterizados como el arquitecto, el turista o el planificador. Todo podría ser un pretexto para el puro disfrute de la imagen, si no fuese un universo tan controlado, planificado y teledirigido. Las imágenes no llegan a adquirir una energía cinematográfica propia sino que son parte de un pequeño rompecabezas matemático. Los efectos narrativos son el producto de normas rígidas que a la larga los vuelven completamente previsibles. Cada fenómeno resulta siempre un principio soberano y sistemáticamente enunciado. La puesta en escena rechaza todo misterio que escape a la explicación inmediata y se limita a ser la aplicación fría de los principios previamente escritos, que se imponen como único motor de las imágenes. Así las cosas, en el corazón de una escena de acción los personajes pasan tres cuartos de su tiempo explicando las normas que regulan su comportamiento.

El origen presenta algunos puntos en común con Memento, película que ya había llamado una atención pública excesiva. Ambas se basan en principios formales rápidamente discernibles y despliegan en su fachada una complejidad experimental que se apresuran en volver accesible para generar la ilusión de compartir su inteligencia con el público. En Memento, la mezcla de secuencias estaba explicada con el uso del color y el blanco y negro. En El origen, el imponente guión y el talento técnico para dirigir las imágenes se aplican, paradójicamente, a volverlo todo límpido. Sobre el final, ya sin el obstáculo del texto y el cerebro del director, las explicaciones se agotan y la película por fin respira con escenas de acción tan potentes como convencionales, pero es demasiado tarde para anular el efecto perdurable de un manipulador que se satisface con sus propios trucos, mezcla de oropel y vacío.

7 comentarios

  1. Jessi B

    Wow, gracias a Dios que no suelo darle importancia a las críticas (y a los críticos) a la hora de decidir disfrutar de una nueva película. Simplemente creo Anibal que deberías dejar de ir a ver las películas de Nolan si vas a ir tan mal predispuesto. A nadie le apetece leer «comentarios» tan poco objetivos.

    julio 31, 2010 en 8:48 pm

  2. Anibal

    Gracias por el consejo.
    Y sí, me pescaste, escribo comentarios poco objetivos, casi te diría que son subjetivos.

    agosto 1, 2010 en 10:07 am

  3. Ale

    «los sueños y su exploración poseen un sinfín de normas y axiomas»
    Yo me perdí en la enésima vuelta de tuerca del guión, cuando a uno lo matan en un nivel del sueño y lo reviven en el otro.
    Saludos.

    agosto 1, 2010 en 10:31 am

  4. Si por él fuera, Aníbal evitaría volver a ver una película de Nolan en su vida. Y lo bien que hace, digo yo, en vista de este último bodoque. Pero el hombre se debe a su oficio, je.

    agosto 1, 2010 en 8:24 pm

  5. Bazman

    Tal vez me vaya al joraca y no tenga que ver con nada, pero soy el único que piensa que los primeros minutos de la película (toda la escena del robo al banco) en El Caballero de la Noche tiene un aire al cine de Michael Mann????

    agosto 6, 2010 en 5:19 pm

  6. Pero Bazman, si lo charlamos más de una vez: esa escena no solamente tiene un pulso narrativo y visual que se parece mucho al de Michael Mann (y que se diferencia del de la mayoría de las películas norteamericanas actuales) sino que hasta aparece William Fitchner, que funciona a manera de seña que hace patente esa filiación (Fitchner también había hecho de banquero en Fuego contra Fuego).

    saludos.

    Diego.

    agosto 6, 2010 en 5:37 pm

    • Bazman

      Cierto, Mr. Cinemarama, pero como usted ya sabe, Bazman tiene el mismo problema que el protagonista de Memento (ya que estamos con Nolan…)

      agosto 10, 2010 en 4:34 pm

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