Muerte en la granja (Black Sheep)

Año: 2006
Origen: Nueva Zelanda
Dirección: Jonathan King
Guión: Jonathan King
Intérpretes: Matthew Chamberlain, Nick Fenton, Sam Clarke, Oliver Driver, Eli Kent
Fotografía: Richard Bluck
Música: Victoria Kelly
Edición: Chris Plummer
Duración: 86 minutos

por Ezequiel Villarino

La oveja negra del rebaño cinematográfico. Que una película como Muerte en la granja (aunque me gusta más el título original, Black Sheep, porque es altamente significativo), de hace dos años y proveniente de Nueva Zelanda, llegue a estrenarse en salas es para festejar durante meses, ya que films como este por desgracia se aseguran un lugar en el grupo de “directo a DVD”. Sin duda, la ópera prima de Jonathan King rompe con la monotonía de aquellas obras cinematográficas que últimamente tienden a homogeneizar la oferta semanal en la gran pantalla (desde el inicio de las vacaciones de invierno vengo castigándome con films bastante similares tanto en contenido como en forma y muy irregulares en su resultado final). Por eso nada mejor que una historia que nos propone algo diferente y que se sustenta gracias a su naturaleza clase B: Muerte en la granja cuenta con actores desconocidos (a excepción de Matthew Chamberlain que tiene en su haber varios trabajos televisivos) y su presupuesto jamás alcanza el de algunas superproducciones fallidas como La Momia: la tumba del emperador dragón. Además, su contenido absurdo, gore, autoconsciente, ostensiblemente falso y lúdico al extremo hace que la película llame la atención del espectador de manera instantánea (puede gustar o no, pero seguramente no genera indiferencia).


La insurrección de lo impensado. Si una vez supe maravillarme con esa mirada apocalíptica propuesta en Los pájaros de Alfred Hitchcock sin dejar de sentir que lo que veía era tremendamente ridículo (la rebelión de todo tipo de pájaros y su amenaza constante no era algo que me despertara temor alguno), la puesta en escena a partir del suspenso creado hacía que el film adquiriese un tono serio y tenso. La misma idea, aunque con resultados muy distintos, se repetía recientemente en El fin de los tiempos de M. Night Shyamalan. Ese levantamiento de las plantas y su ataque contra el ser humano me sigue pareciendo un disparate; sin embargo, el conflicto imaginado hacía que la propuesta al menos llamase mi atención (hablo específicamente de la idea, no de la forma en que era expuesta). Muerte en la granja repite algo similar pero con un tono completamente humorístico: que las ovejas se transformen en la plaga zombie que acecha a un pequeño lugar rural, desatando grandes cantidades de lujuria sanguinaria, hace que el film sea diversión instantánea tan sólo con observar a ese animal convertirse en amenaza. Todos saben que las ovejas, dada su condición “amable”, han sido pensadas, entre otras cosas, como víctimas de los abusos sexuales del hombre, lo que las convierte en el fetiche más recurrente de la zoofilia. Con Muerte en la granja el animal comienza a desprenderse de su aparente bondad e inicia su venganza hacia el hombre, optando por engullirlo todo y dejando de ser el apacible “cordero de Dios” para convertirse, aunque sea momentáneamente, en lobo devora hombres (si Hobbes una vez escribió en el Leviatán “el hombre es lobo del hombre” es porque nunca pudo ver a estos borregos made in King en acción).


Criaturas no digitales. El film me recuerda a la no tan lejana Terror a bordo (Snakes on a plane, y sigo insistiendo en que los títulos originales me parecen más acertados) de David Ellis pero también a películas de otra década como Mal gusto de Peter Jackson (Jackson es el productor de este film y su empresa Weta aporta los efectos especiales), Aullidos de Joe Dante y Un hombre lobo americano en Londres de John Landis. Si bien en el film de Ellis se utilizan serpientes reales, la mayoría de los reptiles están animados digitalmente, lo que hace que la falsedad de los mismos se pierda en algunas instancias en pos de obtener imágenes y movimientos bastante realistas. Por el contrario, en Muerte en la granja, las ovejas reales se mezclan con la presencia notablemente falsa de criaturas animadas mecánicamente denominadas animatronics (presentes también en Aullidos y Un hombre lobo…). De esta manera, al ver las transformaciones de los seres humanos en hombres oveja es volver a asistir a esas mutaciones de hombres lobo propuestas por Landis y Dante décadas atrás: sin recurrir demasiado al montaje, algunos personajes se desprenden de su naturaleza humana en primeros planos que exhiben el “cambio ovejuno” valiéndose únicamente del trucaje mecánico. Por supuesto que tales acontecimientos distan de ser serios y creíbles, sino que son, como dije antes, notablemente falsos; disparando el absurdo y el humor hasta bordear el ridículo. Por eso es difícil asustarse o impresionarse con esta película a pesar de que el gore estalla sin límites en alguna que otra escena: vean, sino, como una de las víctimas se defiende de los animales lanzándoles su propia pierna mutilada. Más que terror, humor negro con todas las letras.


El gag bajo la lana. Como dije anteriormente, una de las principales virtudes de Muerte en la granja es el humor, que se gesta principalmente a partir del empleo de gags; algunos muy efectivos y otros bastante previsibles (aunque no por eso menos graciosos). Por fortuna, en el balance general puedo decir que abundan los primeros: desde un protagonista disfrazado de oveja que intenta no ser descubierto mientras avanza dentro del rebaño (algo similar ocurría en el film Shaun of the dead, acá conocida como Muertos de risa, cuando los protagonistas se hacen pasar por zombies), pasando por primeros planos de alguna mano o pie que dejan ver los resultados absurdos de la contaminación ovejuna sobre el cuerpo humano, hasta llegar al desmembramiento del villano de turno iniciado a partir de la ira de estas Dollys enajenadas por la carne (el gag aquí nos deja ver cómo una oveja ataca con furia el pene de aquél que, tiempo atrás, había mantenido relaciones sexuales con la misma). Como las serpientes del film de Ellis, estas ovejas saben dónde morder.


El “beee” final. Onomatopeya al margen, y que deja dudas sobre si una oveja hace “beee” o “meee”, este film se ha convertido para mí en una de las películas del año. Y, como dije en el primer párrafo del texto, hay que agradecer que se estrene en salas una joya que parece provenir de otra época (en particular de la década del 80), y que hace que el cine se transforme en un orgulloso exponente del goce premeditado más absurdo e inteligente de los últimos años (si efectúo nuevamente una comparación, el film de King me parece muy superior a la divertida Terror a bordo). Después de todo, hace tiempo que en una película no observo a una criatura artificial ser lanzada, de manera tan berreta y con todo el timing posible, sobre el cuerpo de un personaje para iniciar su ataque furioso sin recurrir a los efectos del CGI (como sucedía en Gremlins y Critters, por ejemplo). Además, sean sinceros, ¿alguna vez escucharon un “beee” canino? ¿No? ¿Vieron?

4 comentarios

  1. Guillermina Bóveda

    Me cuesta imaginar a una ovejita mala! son tan lindas,,,creo que ahi esta la cuestion de la película, en usar animales dificilmente agresivos y convertirlos en bestias sanguinarias. ¿Para cuando alguna con delfines? (iba a decir conejos, pero entre Donny Darko e Imperio de Lynch ya tuvieron suficiente jajjaja)
    Saludos

    agosto 28, 2008 en 12:23 am

  2. Guillermina: no sé por qué, pero a mi las ovejas siempre me dieron miedo. No sabría explicar muy bien las razones. Y bueno. Y conejos… ¿Se acuerdan del conejo en Monty Python and the Holy Grail? ¡Otro simpático animal que mostró la hilacha!
    Observen a este Killer Bunny in action: http://www.youtube.com/watch?v=XcxKIJTb3Hg
    Saludos!

    agosto 28, 2008 en 12:53 am

  3. yo vi esta pelicula y me parece que es muy fracasada ya que se utiliza una oveja y se mezcla resident evil con el hombre lobo y una oveja no se las recomiendo la pelicula ya la cagan cuando la oveja queda maneajando un rastrojero y despues cuando la gente se vuelve oveja ….mis saludos

    posdata:no la vean!!!!!!!

    marzo 2, 2009 en 11:07 am

  4. Je… justamente hay que verla por todo eso que decís…
    Saludos.
    EV

    marzo 2, 2009 en 11:46 am

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