Lo mejor está por venir (Il sol dell’avvenire)

Año: 2023
Origen: Italia
Dirección: Nanni Moretti
Guion: Francesca Marciano, Nanni Moretti, Federica Pontremoli, Valia Santella
Intérpretes: Nanni Moretti, Margherita Buy, Silvio Orlando, Barbora Bobulova, Mathieu Amalric
Edición: Clelio Benevento
Música: Franco Piersanti
Fotografía: Michele D’Attanasio
Duración: 95 minutos

por Aníbal Perotti

“Todo arte es autobiográfico. La perla es la autobiografía de la ostra”, Federico Fellini

Nanni Moretti ha envejecido: su pelo desgreñado se tiñó con canas, su andar se volvió desgarbado, el habla más pausada y sus ojos ligeramente vidriosos. Pero su cine continúa en buena forma: a más de veinticinco años de Aprile, su última comedia en primera persona, el genial cineasta entrega un resumen festivo de su filmografía con la libertad, coherencia y honestidad de siempre. El propio Moretti encarna a Giovanni, director de una película sobre la vida cotidiana de algunos miembros del Partido Comunista Italiano en 1956 que debe lidiar con los habituales problemas en el set de filmación y con las dificultades domésticas: su esposa lo abandona y, peor aún, produce el thriller de un joven director de moda. En Lo mejor está por venir nos reencontramos con el Giovanni Moretti obsesionado por una moral cinematográfica y política, que combina de un modo único lo personal, lo cotidiano y lo social. Su última película es el autorretrato de un cineasta exigente, humanista, depresivo y un poco loco: tan caprichoso como conmovedor.  

En Lo mejor está por venir hay un deseo latente de bailar y cantar. Lo que Giovanni realmente desea es filmar una película de amor con canciones italianas, emulando la comedia musical sobre el pastelero trotskista anunciada en Caro Diario y concretada en el final de Aprile. También vuelven las obsesiones y pasiones de los tiempos de su primer alter ego Michele Apicella: su atracción por los zapatos, los dulces, las canciones antiguas, el fútbol, nadar en una pileta o la manta fetiche con la que se envuelve para para ver sus películas favoritas con su hija. El cruel paso del tiempo está representado con melancólica ironía por el monopatín eléctrico que reemplaza a la Vespa en sus famosos paseos. Moretti comparte el protagonismo con varios de sus grandes actores habituales como Silvio Orlando o Margherita Buy, y con un Mathieu Amalric desatado que hace lo que venga en un papel de productor endeudado que recuerda su rol en Tournée.

En una escena algo subrayada, Giovanni intenta posponer la grabación del último plano de la película producida por su esposa. El personaje megalómano y cascarrabias critica de distintas maneras su falta de originalidad y el gusto por la violencia gratuita, hasta que finalmente se rinde. Entonces un travelling maravilloso lo sigue alejándose sin mirar atrás, sabiendo que no podrá impedir que el cine continúe sin él. La película también se permite ironizar sobre los nuevos métodos de coproducción que definen al cine contemporáneo, con una hilarante parodia de los ejecutivos obtusos de Netflix que le piden que vuelva a ajustar su guion a los rígidos estándares de la plataforma usando un sinfín de neologismos ingleses y abusando de la palabra «producto». 

Moretti ausculta el inevitable avance de una forma de barbarie cultural que lo agobia, con una película despareja en la que asume el riesgo de defender su libertad creativa absoluta como última resistencia. Lo mejor está por venir transmite una mezcla de lucidez, humor, deseos de filmar y un inmenso cariño por quienes, más allá de sus errores y cegueras, dedicaron una parte de su vida a intentar que el mundo sea menos feo. Desde su propio título, la película pone en cuestión la temporalidad: el presente puede tener varias dimensiones y el pasado puede mezclarse con el futuro. En este universo fascinante, Nanni Moretti hace desfilar todas sus películas hacia un final particularmente emotivo y fellinesco: filmar un deseo utópico, el rostro de sus actores, una cinefilia en común, una película de amor con canciones italianas.

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